Es terrible decirlo, pero muchas veces los atuendos más interesantes son los
de los pobres
Christian Lacroix
Pensando en el teatro como servicio: ¿Tiene mercados específicos el teatro? ¿Todos los mercados se abren al teatro? O bien ¿El teatro se abre a todos los mercados?
No es un secreto que por mejores ideas que tengamos al respecto de una u otra cosa no podemos garantizar el éxito en demanda de aquello que realizamos.
Cualquier idea se infiere, al principio (y esto no es una regla), a partir de una serie de deducciones sobre nuestro entorno, la preocupación por mejorar nuestra calidad de vida. Observamos cualquier cosa y a veces nos preguntamos si ese algo se puede mejorar.
En fin creamos un producto o un servicio.
Antes de crearlo, antes de invertir en ello tiempo y recursos debemos tener nociones sobre alguna posible demanda de ello.
Algo mucho de la inteligencia en mercadotecnia tiene que ver con la investigación de mercados.
Es demasiado conveniente conocer los terrenos que nos proponemos recorrer a lo largo de estrategias, ventas, posicionamiento y madurez en un proyecto a emprender.
Es necesario saber qué queremos vender y a quién. Quién queremos que nos reconozca y por qué, para qué. Con quiénes queremos establecer lazos duraderos y con quiénes no también, por qué, para qué, cuándo, dónde, cómo, a qué hora, haciendo qué... Quo ¿me explico?
Para conocer nuestro mercado es necesario saber específicamente qué queremos saber de él estableciendo objetivos de investigación. Metas a lograr al final de un proceso que puede resultar muy pero muy sorprendente.
Delimitemos un grupo de gente a conocer, en mercadotecnia la cosa no es tan sencilla, pero acá tampoco, sin embargo invertir en una investigación de agencias para una puesta en escena me parece un lujo por el simple hecho de que el teatro “no se hace para el público”. Conozcámosla y sepamos un poco más sobre el espectador.
Seleccionemos edad, sexo, ubicación geográfica (esta puede ser norte, centro, sur, este u oeste de la ciudad) estilo de vida, nivel de estudios, nivel socioeconómico, estado civil, gustos y preferencias por algunas cosas como el café, los libros, los antros, etc.
Establezcamos un grupo reducido de gente, digamos unas 200 personas a las que nos gustaría encuestar para saber de acuerdo a esto qué tantas oportunidades tiene nuestro proyecto de crecer, o bien, de existir siquiera, o a qué rapidez podría crecer, o si en algún momento presentaría dificultades para manejarlo en el mercado.
Diseñemos un cuestionario preguntando lo que específicamente queremos saber, no fabricando preguntas que tiendan a una respuesta determinada, que sea coherente y útil.
El siguiente paso es el registro y clasificación de la información que se logra por medio de la estadística. Después viene la interpretación de resultados, una de las tareas más complejas y magistrales del proceso.
La información, la recopilación de DATOS es un proceso que involucra muchísimo tiempo y necesita paciencia, pero realizar un pequeño estudio de la gente que nos interesa no sólo nos entusiasma más con nuestro proyecto sino que también nos abre horizontes a posibilidades que quizá no habríamos considerado nunca. Por último sugiero que este tema no se lo tomen tan a la ligera, consulten algunos especialistas, se requiere mucha más información para emprender un proceso como este, para lo cual necesitan siempre establecer o bien ser concientes de su misión y su visión.